Bienservida en el siglo XVI
5. Ganadería. La mesta. El comercio de lana.


      La otra ocupación principal junto con la agricultura en una sociedad rural como era la de Bienservida en el siglo XVI, era la ganadería, que permitía abastecerse de lana, pieles, carne, leche o queso, además de su papel importante en la fertilización de los campos mediante el aporte de materia orgánica. Los alrededores de Bienservida se repartían entre una vega más fértil dedicada a la producción agraria y un área de sierra, monte, pastos y dehesas de mejores cualidades para el desarrollo de la ganadería, todo ello en un entorno poco poblado. En 1578, Bienservida tenía pastos “medianos” y dos dehesas, la de Cabeza Vico (Cerro Vico) la de Carboneras (respuesta 22).

      La relación nos dice también que las variedades del ganado son “de lana y cabrío y el bacuno que basta para sus labores e de cada cosa no mucha cantidad”. El dato más cercano en el tiempo sobre la cantidad de ganados que había en Bienservida es el que recoge el Censo de la Sal de 1631, donde se cuentan 6.500 cabezas de ganado de los 190 vecinos de la época para las que se acopiaban 88 fanegas de sal.

      En villas como Bienservida existían terrenos de uso vecinal destinados a la ganadería y que no podían ser labrados: los ejidos, los terrenos más próximos a la población, para alimentar a los ganados de la misma, y las dehesas boyales, reservadas para apacentar los ganados mayores dedicados a labores agrícolas y en las que no se podían introducir otros ganados como el porcino.

      La importancia que se daba a las dehesas en aquellos tiempos se pone de manifiesto en los constantes litigios entre Alcaraz y Bienservida por el dominio de la Dehesa de Turruchel, como también por la Dehesa del Francés aproximadamente a un kilómetro al noreste, ambas pertenecientes a los propios de Alcaraz. Ello se debía a que su arrendamiento generaba importantes rentas al concejo. Así, por ejemplo, en 1494 la Dehesa de Turruchel aportó 6.000 maravedíes a las arcas alcaraceñas.

Pastores con ovejas a las afueras de Burgos en 1588
Pastores con ovejas a las afueras de Burgos.
Civitates Orbis Terrarum. Liber Primus / [Georgius Braun et Franciscus Hogenbergius]. 1577.
(http://bdh-rd.bne.es/viewer.vm?id=0000000735). Lámina 6. Burgos. Vistas. 1588.


LA MESTA

      No se puede hablar de ganadería en nuestra comarca en la Edad Media y en la Moderna sin tener en cuenta el poderoso control de la actividad ganadera por parte de la mesta alcaraceña. La mesta tenía como función principal regular las actividades ganaderas y dar solución a los litigios surgidos como consecuencia de dichas actividades, de cuya resolución se encargaban los alcaldes de mesta.

      La mesta de Alcaraz siempre había tenido el apoyo de los reyes de Castilla y en el siglo XVI su poder se extendía más allá de las tierras de Alcaraz, llegando a controlar las villas del suroeste como Bienservida y Villapalacios, que ya habían alcanzado su independencia de la ciudad. Estas villas desde muy pronto pretendieron celebrar mesta propia, independiente de Alcaraz y es en el siglo XVI cuando finalmente lo logran por sentencia de la Chancillería de Granada de 1568, que reconocía los derechos de los Condes de Paredes sobre las rentas que se generasen.

      Las Ordenanzas Municipales de Villapalacios de 1590, como describe Pedro Losa Serrano, regulaban en las Cinco Villas las actividades de la Mesta, organización que agrupaba a los ganaderos de las villas, ya independientes de la mesta de Alcaraz.

      En la ordenanza primera se especifica que cada tres años se nombre un alcalde de mesta entre las villas de Villapalacios, Bienservida y Riópar, cuyo cometido era resolver los pleitos entre pastores y ganaderos y otras cuestiones relacionadas con la actividad de los mismos. A partir de 1592, la Mesta se reunía cada año en septiembre en el “Campo de Massegosso” de Bienservida y la asistencia de los ganaderos era obligatoria.

      Es interesante destacar que algunas de las ordenanzas estaban dedicadas al exterminio de los lobos por los daños que infligían a los ganaderos, especificándose las recompensas por matar un lobo o sus camadas, cuya cuantía dependía del lugar de origen del cazador.

Portada del Libro de los priuilegios y leyes del Illustre y muy honrado concejo de la Mesta
Portada del Libro de los priuilegios y leyes del Illustre y muy honrado concejo de la Mesta general destos reynos de Castilla y de Leon y Granada. 1563 (Biblioteca Virtual del Patrimonio Bibliográfico).


LA PRODUCCIÓN DE LANA

      Un aspecto interesante en la economía de Bienservida de finales del siglo XVI relacionado con la ganadería, es la producción y el comercio de la lana, del que tenemos noticias indirectas, como la del enfrentamiento entre dos Caballeros de Sierra de Alcaraz con vecinos de Bienservida el 1 de octubre de 1518, donde uno de los vecinos nombrados era “Francisco de Ornylla batanero”, de lo que se deduce la posible existencia de un batán ya en el siglo XVI. También tenemos topónimos sin duda relacionados con la producción de paños, como los Huertos del Tinte en las proximidades del pueblo, aunque estas referencias son posteriores, ya de los tiempos del Catastro del Marqués de la Ensenada y no sabemos en qué momento surgen.

      Además, los diversos estudios de Rafael María Girón Pascual (Ver Bibliografía) profundizan en el comercio de la lana a finales del siglo XVI en nuestra comarca. En esta época, los lavaderos de lana jugaban un papel primordial en el comercio de la lana, materia prima fundamental en la elaboración de paños. En el sureste de la Península Ibérica, lavaderos como los de Villanueva de la Fuente, Caravaca o Huéscar estaban en manos de mercaderes genoveses, que se dedicaban a su exportación a las ciudades pañeras del norte de Italia.

      Los mercaderes genoveses creaban redes de apoderados por las poblaciones ganaderas que se encargaban de la compra de la lana. Por el estudio de esos apoderamientos que hace Girón Pascual para el año 1583, sabemos que el mercader genovés Horacio Cataño Tallacarne, por entonces vecino de Villanueva de la Fuente donde existía un importante lavadero de lana, había sido apoderado por los Mayolo (Maggiolo), mercaderes de origen genovés residentes en Granada, para comerciar con la lana de ganaderos de Bienservida, Villapalacios, Génave y Benatae.

      Los ganados, seguramente transhumantes, tras pasar el invierno en tierras más al sur llegarían partir del mes de mayo, momento en que los ganaderos de estas poblaciones empezaban a esquilar las ovejas. Concluido el esquilado, vendían la lana a los propietarios o arrendadores de los lavaderos, entregándosela en un día que tenía que ser soleado y no nublado y presentarla lo más limpia posible. Esa lana, se llevaba al lavadero de Villanueva de la Fuente, donde Horacio Cataño se encargaba de su lavado y posterior exportación a Italia.

Esquilando ovejas hacia 1510
Esquilando ovejas.
Juli, Brevarium Grimani, fol. 8v, editado hacia 1510
(https://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Breviarium_Grimani_-_Juli.jpg)


      La función de lavaderos locales como el de Villanueva de la Fuente era imprescindible en el comercio de la lana, ya que transportarla era caro y la lana recién esquilada llevaba muchas impurezas como tierra, grasa, excrementos o restos vegetales que incrementaban notablemente su peso. Por ello se lavaba en origen con el fin abaratar el transporte. Por ejemplo en 1583, se lavaron en este lavadero 15.900 arrobas de lana sucia para su exportación a Italia.

      En el proceso de lavado, la lana merina perdía más de la mitad de su volumen. El lavado se hacía en verano en grandes calderas de cobre con agua caliente, en las que la lana se clasificaba según su calidad. Después se dejaba escurrir y secar. Para este tratamiento los lavaderos consumían grandes cantidades de agua, leña y atocha (esparto).

      Una vez lavada, la lana se envasaba en sacas de 10 arrobas para su exportación a Italia en nombre de los Mayolo. La lana salía de Castilla a través de las aduanas de Murcia, Cartagena o Yecla y se transportaba a los puertos de Alicante o Cartagena donde se embarcaba con destino a los puertos italianos de Génova y Livorno para ser distribuida en Venecia, Milán o Florencia, ciudades productoras de paños en el norte de Italia.

      Para poder exportar la lana, los mercaderes tenían que solicitar una licencia a la Corona; el mercader declaraba el número de sacas que iba a exportar y pagaba los derechos correspondientes. Existían dos clases de derechos: el derecho nuevo que dependía de la nacionalidad del exportador y el lugar de destino de la lana, que en el caso de los mercaderes genoveses que exportaban la lana a Italia, ascendía a 4 ducados por saca; por otra parte se pagaba el derecho viejo, que dependía del origen (y por tanto de la calidad) de la lana y suponía el diez por ciento de su valor.

      A finales del siglo XVI, por la lana de Bienservida o Villapalacios, exportada desde el lavadero de Villanueva de la Fuente, se pagaba un derecho viejo de 1.890 mrs. por saca. Por hacernos una idea, las lanas más caras, con fama a nivel mundial eran las merinas de Segovia, por las que se pagaban 2.040 mrs./saca y las de Cuenca, con 1.940 mrs./saca. Por tanto la calidad de las lanas de Bienservida sería muy parecida a la de las lanas más prestigiosas, teniendo en cuenta además que ésta no tenía el renombre de las primeras. Otras lanas procedentes de Andalucía rondaban como máximo los 1.485 mrs./saca lo que denota que su calidad era inferior.


BIBLIOGRAFÍA


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